Martin Schwartz es un trader norteamericano, nacio en 1945 y formo su fortuna comerciando con acciones, futuros y opciones, es uno de los “Market Wizards” ó “Maestros del Mercado” entrevistados por Jack D. Schwager en sus libros best-sellers.
Es un trader excepcional y representa el triunfo del trabajo duro y la utilización de metodologías de trading basadas en análisis técnico para ganarse la vida haciendo trading, se graduó con un título de la universidad de Amherst en 1967 y recibió un MBA de la Universidad de Columbia en 1970.
Martin Schwartz desde muy pequeño se sintió fuertemente atraído por el juego y durante toda su vida necesitó y buscó emociones fuertes, desde muy joven, Martin Schwartz empezó a jugar a las cartas, a apostar en los caballos, a frecuentar casinos y como no, a operar en bolsa.
Esto le enseñó a controlar sus emociones aunque su necesidad constante de jugar le convertía en muchas ocasiones en un ludópata empedernido, un ejemplo de esta ludopatía lo encontramos en el verano de 1967, sus padres le regalaron $ 1,000 dólares por su graduación de la universidad de Amherst, que empleó al igual que su hermano mayor en un viaje por Europa junto con 2 compañeros de la universidad.
Mientras que Larry y Steve, sus compañeros de viaje, dedicaron las 11 semanas de vacaciones en visitar museos, catedrales y monumentos varios, nuestro joven ludópata se dedicó a recorrer los casinos de las diferentes ciudades por las iban pasando, su objetivo era ganar $ 1,000 dólares para poder devolver a sus padres el dinero de la graduación, por supuesto esto no fue posible y tras días buenos y días malos su retorno neto fue nulo.
Martin también recuerda con especial fascinación su primer viaje a Las Vegas y a pesar de saber que la esperanza matemática de los casinos es negativa, Martin Schwartz sentía una atracción por estos lugares de juego.
Es un luchador nato y un claro ejemplo de que con esfuerzo se puede vivir del trading, inicio su carrera en los mercados como analista fundamental y durante 9 años ésta fue su profesión, sin embargo se trataba de un trabajo que consideraba transitorio, una forma de ganarse la vida que abandonó cuando acumuló suficiente capital para lanzarse al trading por cuenta propia, su verdadera pasión.
Contaba con una sólida formación tras haber pasado por las universidades de Amherst y Columbia y conocía la importancia de la disciplina tras su paso por los marines, sólo necesitaba una metodología de trading que consiguió a través de la investigación en el campo del análisis técnico.
Se hizo conocido cuando ganó el Campeonato de Inversiones EE.UU. en 1984, además es autor del libro “Pit Bull Lecciones de Wall Street Campeón day trader”.
Schwartz realizo su servicio militar para el ejercito estadounidense en el Cuerpo de Marines de Reservas 1968-73 y terminó su servicio con el rango de capitán.
En 1970 tras su graduación en Columbia Business School, Martin Schwartz decidió buscar trabajo como Analista fundamental y aceptó una oferta de la firma Kuhn Loeb por $ 16,000 dólares anuales, que se convertirían pronto en un sueldo de $ 30,000 dólares.
Su trabajo consistía en recorrer el país visitando empresas y haciendo informes fundamentales sobre acciones, los viajes eran constantes y el trabajo no le disgustaba.
Dio el salto a Great Pyramid en 1972, no pudiendo rechazar una oferta de esta corporación por $ 50,000 dólares con unas expectativas profesionales realmente excelentes.
Su paso por The Great Pyramid fue breve debido a su falta de experiencia. Chocó frontalmente con el conflicto de intereses que afecta a las empresas dedicadas a la elaboración de informes fundamentales.
Martin Schwartz junto con uno de sus colegas desarrolló un amplio trabajo de investigación sobre el sector médico, el sector estaba muy caliente y el resultado final de la investigación arrojaba una clara recomendación de caídas bursátiles en el sector, que aconsejaban el cierre de posiciones largas y la apertura de posiciones cortas.
Se trata de una decisión racional pero poco comercial, Martin Schwartz descubrió en aquel momento que un analista fundamental no puede recomendar una venta de forma directa, como mucho se debe recomendar mantener una posición.
El resultado de su trabajo fue de gran molestia por parte de las empresas del sector que acabó con amenazas de demanda contra la empresa en la que trabaja Martin Schwartz, y que optó por considerar que el problema no era empresarial sino personal y cargó todas las culpas en Martin.
Martin Schwartz hizo bien su trabajo y su recompensa fue una falta de confianza constante por parte de sus superiores que acabaron por despedirle en Julio de 1973, aduciendo motivos de falta de trabajo y por lo tanto de necesidad de recortes en la plantilla.
Esto le enseñó dos grandes lecciones: La falta de independencia de las empresas de Wall Street dedicadas a desarrollar informes fundamentales y la falta de escrúpulos de algunas empresas de Wall Street en su relación con sus empleados.
Tras esto firmó con E.F.Hutton y ésta fue su ocupación, hasta que consiguió ahorrar los $ 100,000 dólares que se había puesto como meta para empezar a operar por cuenta propia.
En Agosto de 1979 Martin Schwartz se hizo miembro del mercado AMEX (American Stock Exchange) y comenzó operando con acciones y con opciones sobre acciones.
Los comienzos fueron muy duros, había dejado atrás un trabajo estable con una excelente remuneración y ahora iba a ganarse la vida como trader por cuenta propia con todo lo que esto supone de falta de seguridad, no existe sueldo y por lo tanto no se puede planificar el futuro y en aquel momento lo único con lo que contaba era con sus ganas de triunfar.
Su forma de operar siempre fue la de un scalper, buscando beneficios pequeños y constantes, en ningún momento de su carrera buscó lo que buscan la mayoría de los seguidores de tendencia, esto es, muchas operaciones con pequeñas pérdidas y unas pocas con grandes beneficios que superen las pérdidas de las operaciones perdedoras.
Desde que comenzó a mover su dinero fue consciente de que no existe una metodología universal para ganar dinero en los mercados y que lo que cada trader debe hacer es buscar la metodología con la que más cómodo se sienta para hacer rentable este negocio.
En sus cuatro primeros meses de trading de 1979 ganó $ 100,000 dólares, 1980 fue su primer año completo de trading, ganando $ 600,000 dólares y en su segundo año completo ganó $ 1.2 millones de dólares.
El sueño se había hecho realidad y Martin Schwartz se convirtió así en millonario, esto lo consiguió operando con acciones y opciones y a pesar de que los números son excepcionales su verdadero potencial como trader lo empezó a desarrollar en un producto que le iba como anillo al dedo.
Su fuerte eran las acciones y el CME (Chicago Mercantile Exchange) en 1982 lanzó un nuevo producto, futuros sobre el S&P 500, de la mano de Leo Melamed, uno de los grandes visionarios de los mercados de derivados internacionales.
Los futuros del S&P 500 permitían posicionarse en 500 acciones al mismo tiempo y utilizar indistintamente el lado largo y el corto del mercado.
Hasta el momento los únicos futuros que existían eran los futuros sobre materias primas ó Commodities, la introducción de los futuros financieros ó futuros sobre índices bursátiles fueron una total revolución para el sector y para la cuenta corriente de Martin Schwartz.
El 29 de Abril de 1982, Martin Schwartz realizó su primera operación en futuros del S&P 500 perdiendo $370 dólares, tras la llegada de este nuevo producto, el círculo se completo con la llegado de una máquina que arrojaba cotizaciones en tiempo real.
Neil Hirsch, que se había dedicado hasta la fecha a la comercialización de bonos, fundó la empresa Telerate, cuya principal aportación era la de aglutinar la cotizaciones del mayor número de productos financieros al alcance del trader.
Este nuevo juguete le permitía a Schwartz controlar los precios de las cotizaciones de los bonos tras el cierre a las 15:00 de los futuros sobre bonos del CBOT (Chicago Board of Trade).
El 10 de Septiembre de 1982 Martin fue uno de los primeros en descubrir y explotar la correlación existente entre los bonos y los futuros sobre índices. A las 15:00 se producía el cierre de los futuros sobre bonos del CBOT pero los bonos seguían negociándose por los brokers y gracias a Telerate, Martin Schwartz podía seguir las cotizaciones de los bonos desde las 15:00 hasta el cierre de los futuros del S&P 500, a las 16:15.
Si en el tramo after-hours se producía una subida de los bonos, esto implicaba una bajada de los tipos de interés y esto a su vez implicaba una subida en las cotizaciones de las acciones y por ende del futuro del S&P 500.
Descubierta la correlación positiva entre bonos y futuros ya sólo quedaba una cosa, verificar durante un tiempo prudente, digamos unas semanas, que la correlación sigue presente en el movimiento del mercado, antes de lanzarnos a explotar esta ineficiencia.
Nada más lejos de la forma de operar de Martin Schwartz que el siguiente día de mercado empezó a aplicar su recién diseñada estrategia. En el tramo after-hours se produjo una subida de los bonos por lo que a las 16:10 Marty compró a mercado 50 contratos del S&P 500, la mañana siguiente el mercado abrió al alza y Bingo!! $ 7,500 dólares de beneficio en unos pocos segundos.
Durante todo el mes de Septiembre la estrategia siguió funcionando a las mil maravillas ganando $ 160,000 dólares. Octubre fue todavía mejor con un beneficio de $ 1.4 millones de dólares.
En un mes había ganado más dinero que en toda su vida y en un periodo tan breve Martin se había convertido en un joven millonario de 37 años, por su habilidad a la hora de explotar las ineficiencias del mercado, todo el trabajo duro de investigación había dado sus frutos y una vez más el trabajo duro fue lo que le hizo ganar todo este dinero.
Como todos los grandes traders, no todo han sido alegrías y éxitos en el mercado, otra de las teorías de Martin sobre los traders se basa en que la mayor parte del tiempo el comportamiento del operador es racional y se basa en su planificación, sin embargo, durante el 2% de nuestro tiempo en el mercado nos volvemos incontrolablemente irracionales y en ese breve periodo podemos tirar por la borda todo el trabajo anterior.
El día más negro en la vida de Martin “Buzzy” Schwartz coincidió con las elecciones presidenciales de los Estados Unidos de 1982. Tras el resultado electoral el mercado comenzó un rally alcista que Martin aprovechó hasta que consideró que estaba a punto de producirse un movimiento a la baja, cerró sus posiciones largas y abrió cortos.
La posición empezó a perder dinero desde el mismo momento de la apertura hasta el cierre de la sesión, sin embargo, Martin Schwartz pensó que en cualquier momento el mercado tomaría la senda bajista y todo se arreglaría.
Todo parecía normal y no pasaba de una pérdida más, por lo que la mujer de Martin, Audrey, que por supuesto, había dejado su trabajo y ahora ayudaba a Martin Schwartz en el nuevo negocio familiar se tomaría el día siguiente libre.
Hacían un buen equipo y el día libre de Audrey no preocupaba a Martin Schwartz ya que se trataba de un día más, sin embargo las cosas cambiaron radicalmente la siguiente mañana cuando el mercado continuó con su rally alcista y el nerviosismo de Martin Schwartz iba en aumento, a cada subida del mercado continuaba la agonía é iba acumulando contratos cortos con la esperanza de que el mercado cambiara su rumbo y enfilara la senda bajista.
El mercado no paraba de subir y Martin no paraba de promediar a la baja (“Averaging down”), cerrando el día con 250 contratos en posición corta, toda la sesión fue una total agonía y las noticias que llegaban tras la sesión auguraban un arranque alcista para la siguiente sesión, por lo que las cosas se ponían todavía más feas, Martin Schwartz no pudo pegar ojo en toda la noche y en la siguiente sesión el hueco alcista fue un duro golpe. En 45 minutos se fue deshaciendo de su carga bajista y su cuota del 2% de incontrolable irracionalidad le costó la friolera de $ 800.000 dólares.
Martin Schwartz aprendió una nueva lección y tras esto pasó unos días sin operar y reflexionando sobre lo que había pasado, no tardó mucho en volver a la carga y recuperar lo perdido. Una vez más cerró el año en positivo, ganando 3 millones de dólares en su trading con futuros del S&P 500.
El tipo de operativa de Martin Schwartz consistía en entradas y salidas muy rápidas por lo que una de las cosas que más afectaba a sus rendimientos eran las comisiones.
Durante su primer año de trading con futuros había hecho 25,000 operaciones de ida y vuelta con futuros del S&P 500, su broker SLK le cobraba 25 dólares por operación lo que suponía unas comisiones de $600,000 dólares ó el 20 % del total generado, esto le llevó rápidamente a la conclusión de que para reducir comisiones lo mejor era hacerse miembro del Merc (CME) y en 1983 por $ 53,000 dólares se hizo miembro del CME.
Martin Schwartz fue desde su infancia un jugador empedernido y nada le gustaba más que entrar en competición con otros jugadores y así demostrar sus habilidades. En enero de 1983 vio un anuncio en un periódico en el que se mencionaba una campeonato de Trading con diferentes categorías: Acciones, Commodities y Opciones, su carácter competitivo en seguida le impulso a buscar información sobre el evento y apuntarse.
Se trataba de una iniciativa de Norm Zadeh, en la que cada participante debía iniciarse con un mínimo de $5,000 dólares, sin existir máximo y tras un periodo de trading los participantes debían mostrar los resultados de sus cuentas para determinar quien había obtenido la mejor rentabilidad sobre el capital inicial.
El coste de la inscripción era de $ 150 dólares para la sección de acciones y de $ 195 dólares para el resto de divisiones por lo que estaba claro que el objetivo del concurso no era ganar dinero con las cuotas de inscripción, sino reclutar a los mejores traders.
En el primer campeonato organizado por Zadeh se apuntaron 74 candidatos a campeón de trading, nuestro protagonista acabó en un tercer puesto que suponía un éxito para cualquier participante salvo para Martin Schwartz , para el que suponía un gran fracaso por no haber obtenido la primera plaza.
En el segundo concurso se apuntaron 133 participantes y se llevó a cabo entre Agosto y Diciembre de 1983 y en esta ocasión Martin acabó en sexta posición con un retorno neto del 69.2 %.
El ganador obtuvo un 388.4 %, aunque el importe de la cuenta del ganador era de $ 5,000 dólares y Martin Schwartz fue el ganador absoluto en cuanto a dinero generado ya que participaba con un capital inicial muy superior al mínimo exigido.
El ganador del primer concurso fue Frankie Joe que era un trader experimentado de 42 años, que había trabajado muchos años en el New York Stock Exchange (NYSE) y que se convirtió en el objetivo a batir para Martin Schwartz ya que el resto de participantes obtenían resultados excepcionales en algunos concursos y pésimos en otros, lo que les convertía en ganadores por casualidad y no por sus méritos como traders.
El tercer campeonato se inició en Febrero de 1984 y el número de participantes seguía en claro aumento. 184 traders lucharon en esta ocasión por el puesto de Champion trader, y en un artículo del New York Times se describían los anteriores concursos y como Martin “Buzzy” Schwartz era el ganador indiscutible en cuanto a dinero ganado, su condición de campeón le empezó a crear una importante fama en Wall Street y su rivalidad en este tercer campeonato con Frankie Joe fue total, incluso se cruzaron llamadas telefónicas subidas de tono y era una lucha a vida ó muerte.
Durante los 4 meses de concurso Marty convirtió sus $ 482,000 dólares en $ 1.2 millones generando un retorno del 254.9 %, superior por muy poco al 251.5 % de Frankie Joe.
Por fin, Martin Schwartz había conseguido el primer puesto, era el indiscutible Rey del Trading, título que volvió a ganar en el cuarto año con un 443.7 % de rentabilidad.
Además del gran éxito cosechado, ésta experiencia le enseñó otra importante lección, sobre el estrés del trading. Frankie Joe llevaba muchos más años que Marty operando y aparentaba casi el doble de la edad que tenía, no quiso apuntarse al cuarto campeonato y poco después del comienzo del mismo moriría de un ataque al corazón.
Tantos años de estrés acumulado acaban por pasar factura y como veremos más adelante Martin Schwartz sufriría en sus propias carnes el golpe del estrés acumulado.
Tras haber conseguido su objetivo de vivir del trading y de ser el campeón indiscutible del trading y así lograr que el público lo reconociera como el número uno, su objetivo ahora estaba claro, tenía que ser el mejor gestor del mercado, ya no se trataba de operar su cuenta con $ 10 millones de dólares sino de gestionar el dinero de otros y de mover grandes fortunas, su ambición no tenía límites y más tarde descubriría que gestionar el dinero de terceros estuvo a punto de llevarle a la tumba.
Al entrar en este negocio Martin Schwartz pensaba que si era capaz de generar grandes rentabilidades con sus cuentas propias, podría hacer lo mismo con el dinero de terceros.
Su fama se había extendido ya por lo que no sería muy difícil encontrar el dinero para la gestión, por aquel entonces, Commodities Corp. era el número uno en gestión y había reclutado a los mejores traders.
Le invitaron a una cena con el resto de gestores y se trataba de un momento crucial en su carrera ya que se iba a reunir con los mejores gestores del momento, allí pudo conversar con Michael Marcus que fue reclutado por Commodities Corp. en los 70 y que en 18 años había convertido los $ 30,000 dólares iniciales en $ 80 millones de dólares, también conoció a Bruce Kovner y a la que sin duda era la estrella de la noche, Paul Tudor Jones que llegó al evento en su helicóptero particular.
El 26 de Abril de 1988, Bob Easten de Commodities Corp. citó a Martin Schwartz en Princeton, en la comida estaban presentes más gerentes de Commodities Corp. y Dan Kornstein, abogado de Marty, una vez allí y tras los cumplidos de rigor y las conversaciones de introducción, Bob le ofreció a Marty un puesto en la compañía ofreciéndole lo mismo que al resto de nuevas promesas del trading.
La oferta incluía $ 250,000 dólares en garantías para operar y un 30% de los beneficios obtenidos. Se trataba de una excelente oferta para alguien que empieza en este negocio pero no para Marty que sintió una gran indignación.
Respondiendo que él ganaba entre $ 5 y $ 6 millones de dólares todos los años, operando con su propia cuenta y que si la oferta era esa lo mejor era que Martin Schwartz le dejara a Bob $ 250,000 dólares y que Commodities Corp. gestionara su dinero, se trataba de ver quien era más fuerte en la reunión y al final ganó Martin.
El trato final era de $ 10 millones para gestionar quedándose Martin Schwartz con el 30 por ciento de los beneficios generados, los comienzos como gestor fueron buenos, sin embargo su forma de trabajo había cambiado y Martin Schwartz se dio cuenta de que gestionando tanto dinero no era capaz de entrar y salir tan rápido como a él le gustaba y eso le incomodaba y le hacía ganar menos dinero cada vez.
Tenía que mantener más tiempo las posiciones y eso no se ajustaba a su estilo, Elders Futures Inc, le ofreció gestionar $ 20 millones más una comisión de gestión garantizada del 6 %, más el 20 % de los beneficios generados, se trataba de una oferta inigualable que le garantizaba unos ingresos de $ 100,000 dólares mensuales libres de riesgo, así que aceptó el nuevo reto, sin embargo se trataba de más de lo mismo y no se sentía cómodo con su nueva forma de operar, así que en 1989 tomó la decisión de dejar Elders y fundar su propio hedge fund.
El 29 de Octubre de 1990 fundó Sabrina Partners L.P. y Sabrina Offshore Fund Ltd. Contaba con $ 40 millones para gestionar que pronto se convertirían en $ 70 millones. La comisión de gestión de ambos fondos estaba muy por encima del mercado, pero Martin Schwartz se lo podía permitir gracias a su fama de estrella del trading, sin embargo, sabía que si las cosas no iban como se esperaba de él, esto sería lo primero que el recriminarían sus inversores.
En la nueva etapa de Martin Schwartz la presión de los inversores se empezó a hacer cada vez más asfixiante hasta que en uno de los rallies del mercado, Marty cometió un gran error, perdiéndose la subida por completo, eso puso muy nerviosos a sus inversores que empezaron a cuestionar seriamente sus métodos de trabajo y algunos a retirar parte del los fondos que le tenían confiados.
Martin Schwartz se sentía cada vez peor y acabó con sus huesos en el hospital, tenía neumonía y sus pulmones no funcionaban correctamente, tenía una fiebre crónica que no le dejaba pensar y sus estancias en el hospital eran cada vez más prolongadas acabando en el quirófano en una operación de corazón abierto en la que a punto estuvo de perder la vida.
La situación había cambiado y ahora se trataba de una decisión de vida ó muerte, Martin Schwartz decidió abandonar y dejar de gestionar el dinero de terceros incluso el suyo propio.
Necesitaba salir de Nueva York y olvidarse de los mercados, así que a la edad de 48 años, Martin Schwartz, junto con su esposa y sus dos hijos se mudó a Florida buscando una nueva vida de tranquilidad y relax.
Al principio le costó mucho adaptarse a esta nueva vida de jubilado, sin embargo, su cuerpo empezó a responder de forma positiva y como relata en los últimos capítulos de su libro, un día normal de su vida en Florida se iniciaba jugando al golf con su hijo, después una comida tranquila y relajada con su madre, por la tarde natación con su hija y por la noche cena romántica con su mujer, una vida envidiable, que no tenía nada que ver con la que vivía en Nueva York, todo el día pasando ordenes a sus brokers por el teléfono y sin perder de vista en ningún momento las pantallas del Quotron y del Telerate.
Compaginaba sus operaciones en trading con su pasión artística por los cuadros, su padre había dedicado toda su vida a trabajar en el museo Smithsonian de Nueva York y conocía este mundo muy bien, así que cuando tuvo que decidir que hacer con parte de las ganancias del trading decidió acudir a subastas de arte y empezar a coleccionar cuadros, en su primera subasta en Sotheby compró su primer cuadro por $ 290,000 dólares, el precio pagado fue muy bueno ya que a los seis meses un coleccionista le ofreció $ 700,000 dólares que como buen trader no pudo rechazar, por aquel entonces la familia Schwartz tenía dos hijos y vivía en un apartamento de 3 millones de dólares en Manhattan, cuyas paredes servían para almacenar el nuevo vehículo de inversión de la familia Schwartz.
En 1999 Martin Schwartz escribió “Pit Bull: Lessons from Wall Street’s Champion Trader”, libro que recoge toda su trayectoria como uno de los mejores day traders y como se hizo millonario siguiendo unas reglas basadas en herramientas del análisis técnico, se trata de una autobiografía basada en la autocrítica y que es además de una fuente de consejos y sabiduría para los futuros traders, una obra muy entretenida y de fácil lectura, es uno de esos libros que engancha desde las primeras páginas.
En la primavera de 2013 con motivo del 50 aniversario de su inscripción como estudiante de primer año, volvió a la universidad de Amherst y dio una conferencia sobre su técnica, y en la filosofía de la vida mediante la combinación de la ética de trabajo, inteligencia y valor.