Hetty Green apodada como "The Witch of Wall Street/La bruja de Wall Street" (nacida el 21 de noviembre de 1834 en Massachusetts- 3 de julio de 1916) Hetty Green fue alguna vez la mujer más rica del mundo y tal vez la más avara, incluso tuvo lugar en el libro de Guiness récords como la más tacaña del mundo.
Vestía y vivía casi como mendigo, fue una empresaria estadounidense que invertia principalmente en el sector inmobiliario, ferrocarriles, y en los préstamos.
Desde niña, Hetty Green aprendió de los negocios de su padre, que poseía una gran fortuna que Hetty heredó cuando tenía 30 años. Invirtió ese dinero en la bolsa de valores y otros negocios, por lo cual al momento de su muerte poseía cerca de 100 a 200 millones de dólares (hoy 2 a 3.8 mil millones).
Se casó a los 33 años con Edward Green un miembro de una acaudalada familia de Vermont, el 11 de julio de 1867.
Desde niña, Hetty Green aprendió de los negocios de su padre, que poseía una gran fortuna que Hetty heredó cuando tenía 30 años. Invirtió ese dinero en la bolsa de valores y otros negocios, por lo cual al momento de su muerte poseía cerca de 100 a 200 millones de dólares (hoy 2 a 3.8 mil millones).
Se casó a los 33 años con Edward Green un miembro de una acaudalada familia de Vermont, el 11 de julio de 1867.
La pareja se casó y se mudó a Manhattan, luego se mudaron a Londres y vivieron en el hotel Langham donde nacieron sus hijos Edward Howland Robinson Green (22 de agosto de 1868 – 8 de junio de 1936) y Harriet Sylvia Ann Howland Green Wilks,(7 de enero de 1871 - 5 de febrero de 1951).
Luego regresaron a Vermon , EE.UU. ciudad natal de su esposo, allí comenzaron sus problemas tanto en el ámbito político como en el social.
Luego regresaron a Vermon , EE.UU. ciudad natal de su esposo, allí comenzaron sus problemas tanto en el ámbito político como en el social.
Después, en 1885 su esposo se arruina y Hetty decide separarse, en 1902 Edward enferma del corazón y se reconcilia con Hetty, que le ayuda como enfermera.
Ese mismo año, el 19 de marzo Edward muere y se le entierra en Bellows Falls, en el cementerio de la Iglesia Immanuel.
Hetty crió a sus dos hijos, vivía en pequeñas habitaciones de míseros hoteles para pagar bajos impuestos, usaba el mismo vestido para no gastar en ropa y lo lavaba solo en la parte que daba al piso para ahorrar jabón.
Hetty crió a sus dos hijos, vivía en pequeñas habitaciones de míseros hoteles para pagar bajos impuestos, usaba el mismo vestido para no gastar en ropa y lo lavaba solo en la parte que daba al piso para ahorrar jabón.
La comida era de la peor del mercado y viajaba sin escoltas, en una
ocasión, su hijo Edward sufrió una herida en la rodilla y lo llevó a una
clínica de caridad, para desgracia de Edward, el médico reconoció a
Hetty y exigió que la mujer pagara la consulta. Hetty se negó a hacerlo y
lo atendió personalmente, dos años después, la pierna se infecto y tuvo
que ser amputada debido a la gangrena.
No salía prácticamente de su casa, y sus escasas apariciones las hacía para dar instrucciones a sus agentes de bolsa, el caso es que la fue tan bien, que amasó la fortuna más importante de principios de siglo gracias a su habilidad financiera.
En los círculos de la bolsa, era un misterio como podía acertar una y otra vez en sus inversiones, ya que por no gastar, no compraba ni los periódicos donde obtener información, únicamente se enteraba de lo que leía en los periódicos viejos que recogía de la calle.
A medida que acumulaba años y dólares por millones crecieron sus extravagancias, que han terminado por ser señas de identidad de avaricia. De hecho, se la respetó como la mujer más hábil que haya negociado en Wall Street, pero se la ridiculizó por su modo de vida sórdido.
A medida que acumulaba años y dólares por millones crecieron sus extravagancias, que han terminado por ser señas de identidad de avaricia. De hecho, se la respetó como la mujer más hábil que haya negociado en Wall Street, pero se la ridiculizó por su modo de vida sórdido.
Su único gasto grande fue el de las cajas de seguridad de los bancos, donde guardaba su enorme colección de escrituras, títulos y acciones.
Una de sus manías más llamativas era su aspecto: por no hacer gastos innecesarios no renovó su vestuario, utilizando los viejos vestidos de su juventud, según la moda de hacía 50 años; su ropa interior, se decía que estaba confeccionada con papel de periódico, para así protegerla del frío.
El colmo de esta extraña conducta era la dieta que seguía, compuesta únicamente por papillas de avena frías, para así no tener que gastar gas en la cocina.
No le importaban las burlas, ni las críticas ni las murmuraciones, ella hacía su vida y su vida eran sus inversiones en la bolsa..
Cuando tenía 81 años, Hetty sufrió una apoplejía y su hijo Edward Howland, contrató enfermeras que vestían con ropas comunes para que su madre no se diera cuenta.
En su vejez, comenzó a sufrir de una hernia, pero se negó a someterse a una operación, ya que costaba 150 USD. Sufrió muchos golpes y tuvo que depender de una silla de ruedas. Hetty Green falleció a los 81 años en Nueva York.
Su muerte no pudo estar más acorde con su forma de vida; se cuenta que
le sobrevino por un ataque de apoplejía, provocado tras una discusión
con una amiga sobre las virtudes de la leche descremada, de la cual
“Hetty” era una ferviente defensora, fue sepultada junto a su esposo.
Cuando entraron en su apartamento, se encontró una pequeña cajita
cerrada con una pequeña llave, se pensó que podría contener algún tesoro
oculto, sin embargo, al abrirla descubrieron que contenía tan solo unos
pequeños trozos de jabón usado.
Sus únicos herederos, sus hijos, los
cuales la habían abandonado para intentar llevar una vida más digna,
recibieron la enorme suma de 100 millones de dólares oro, lo cual en
cifras actuales puede estar cerca de los 10 mil millones de dólares.
Tras la muerte de Hetty Green, su único hijo varón quien heredó parte de la fortuna de su madre se convirtió en un millonario extravagante y por la rabia que tenia despilfarrador, que gastaba dinero en fiestas, joyería, yates y diamantes.
Su hija Sylvia murió en 1951, dejó un patrimonio de alrededor 200 millones USD donándolos a las organizaciones de beneficencia, escuelas, iglesias y hospitales.
Su hija Sylvia murió en 1951, dejó un patrimonio de alrededor 200 millones USD donándolos a las organizaciones de beneficencia, escuelas, iglesias y hospitales.
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