domingo, 26 de enero de 2014

Jordan Belfort

Jordán Belfort, es un orador motivacional y ex corredor de bolsa, fue declarado culpable de fraude y delitos relacionados con la manipulación del mercado de valores por lo que paso 22 meses en prisión.

Belfort nació el 9 de julio de 1962 en el barrio del Bronx condado del estado de Nueva York,  sus padres fuerón Leah y Max Belfort, dedicados a la contabilidad, aunque su madre más tarde termino la carrera de derecho.

Belfort crecio en el seno de una familia judía de clase media, y desde muy temprana edad, dice en sus memorias se obsesionó con la idea de amasar una fortuna y vivir rodeado de los lujos que tanto escaseaban en su casa.

Su primera aventura empresarial, cuando aún estaba en el colegio, fue vendiendo paletas durante el verano en las playas de la localidad. En solo una temporada, el joven, entonces de 17 años, amasó sus primeros 20.000 dólares, con los que pensó financiarse una carrera como dentista, pues tenía la impresión de que con esa profesión podría alcanzar la riqueza.

En su primer día de clases, el decano de la facultad lo desanimo cuando les dijo a los estudiantes que la era dorada de los dentistas ya había pasado y que si pensaban enriquecerse habían escogido la carrera equivocada. Al darse cuenta que esta profesión no cumplía sus expectativas Belfort se retiró de la universidad y decidió montar un negocio de venta de pescado, que si bien le daba para vivir, no prometía la fortuna con la que soñaba.

En esas andaba cuando escuchó la historia de un joven del barrio que se había empleado como corredor de bolsa en Wall Street y desde entonces se daba la gran vida.

En su libro, Belfort recuerda ese instante como el que cambió todo, pronto abandonó su precario negocio y se empleó como aprendiz en L. F. Rothchild, una respetada firma de corredores que terminó en bancarrota al cabo de los años.

Allí, el ambicioso Belfort aprendió la mecánica de los mercados y fundó una franquicia de Stratton Securities, otra firma de corredores que negociaban con bonos y valores. A los pocos meses, había recolectado tanto capital que pudo comprar toda la empresa, a la que rebautizó Stratton Oakmont.

Según admite el propio Belfort, en sus comienzos Stratton Oakmont arrancó con intenciones honestas, queríamos hacer dinero, negociando limpio.

Pero Wall Street te va deformando y se va perdiendo la sensibilidad, en un abrir y cerrar de ojos, la gente se convirtió en números, tenía solo 25 años y perdí el rumbo, sostiene Belfort en una entrevista que le concedió a la revista Business Week.

En los años que siguieron, Stratton se convirtió en una máquina de hacer dinero a través de métodos fraudulentos.

Stratton Oakmont empleaba a más de 1.000 corredores de bolsa y participó en la emisión de acciones por un total de más de $ 1 mil millones, incluyendo un incremento de capital para la empresa de calzado Steve Madden Ltd .

De hecho, sobre ese período ya existe otra famosa película, Boiler Room, que llegó al cine en el 2000 y está dedicada también a Belfort y su empresa.

Básicamente, el esquema era comprar grandes paquetes de acciones baratas de compañías con poco futuro, y a su vez vender acciones de esa misma empresa a clientes que ubicaban a través de la guía telefónica.

Cuando las ventas habían disparado el valor de las acciones, Belfort vendía todas las suyas en el mercado, recogiendo enormes dividendos pero provocando un desplome de su valor que dejaba a sus clientes con perdida en sus inversiones.

A mediados de los 90, Stratton contaba con más de 1.000 corredores de bolsa que también se enriquecían con las maniobras.

En un momento dado, el propio Belfort alcanzó a amasar más de un billón de dólares, mientras su firma era reconocida como de las más grandes y poderosas en el centro de Manhattan.

Pero con los millones llegaron los excesos, que son casi objeto de leyenda. Antes de cumplir los 30 años, el Belfort ya contaba con una mansión a las afueras de Nueva York, avión y helicóptero privados y hasta un yate de 256 pies que le había pertenecido a la célebre diseñadora francesa Coco Chanel.

Belfort se volvió además adicto a las drogas, dicen que, en sus fiestas, la cocaína se servía en bandejas y abundaban las prostitutas más cotizadas de la ciudad. En ocasiones armaba en hoteles bacanales que duraban hasta tres días y en las que se gastaba hasta 700.000 dólares por noche.

Fue en esa época cuando se divorció de su primera esposa y se casó con la supermodelo Nadine Caridi. Y también, los años en los que terminó hundiendo su lujoso yate durante unas vacaciones en Italia, al ordenarle al capitán salir a navegar en medio de una tormenta.

Los escandalosos rumores sobre su vida privada y las numerosas quejas que llegaban de clientes que se sentían estafados provocó una investigación, en 1998, del Securities and Exchange Commission (SEC) contra Stratton Oakmont y Belford.

El comisionado de Valores de Alabama Joseph Borg formó un grupo de trabajo multi-estado que llevó al procesamiento de Stratton Oakmont, luego de que a su oficina llegaron muchas quejas con respecto a la firma de corretaje.

Belfort fue acusado en 1998 por manipulación del mercado, estafa y lavado de activos después de colaborar con el FBI , sirvió 22 meses en una prisión federal condenado por estafa en el esquema de fraude denominado pump and dump (en español inflar y desinflar)..

Pump and dump, es un tipo de fraude que consiste en difundir un rumor con el fin de inflar artificialmente el precio de unas acciones a través de afirmaciones falsas, erróneas ó exageradas, con el fin de vender esas acciones compradas previamente a un precio muy inferior a un alto precio. Una vez que los operadores del esquema venden sus sobrevaloradas acciones, el precio cae y los inversores pierden su dinero, lo que se traduce en pérdidas para los inversionistas.

En la prisión conoció a Tommy Chong , quien animó a Belfort a escribir sus historias y posteriormente publicarlas, ellos continuaron siendo amigos después de su salida de prisión.

Al parecer sobrio desde 1998, Belfort escribió dos libros de memorias, el lobo de Wall Street y buscando al lobo de Wall Street, que se han publicado en 40 países y traducido a 18 idiomas.

La firma fue clausurada y Belfort, fue acusado de un fraude que ocasionó pérdidas superiores a los 200 millones de dólares.

Tras varios años de negociaciones con las autoridades, fue condenado a cuatro años de cárcel y a pagar 110,4 millones de dólares en restituciones.

La sentencia fue posteriormente reducida a 22 meses por cooperar con la SEC identificando a sus socios y otras empresas que utilizaban métodos fraudulentos similares a los de Stratton.

Finalmente llego a un acuerdo con las autoridades, el acuerdo prevee a su vez que Belfort entregue el 50 por ciento de sus utilidades anuales hasta que termine de pagar lo que les debe a sus antiguos clientes.

De estos ha pagado una parte, pero ha prometido entregar hasta el ciento por ciento de todas las utilidades que obtenga por la película recién estrenada y por las ventas de sus libros.

Hoy, irónicamente, dicta cursos en los que enseña los métodos que lo hicieron un gran estafador, pero desde una óptica completamente diferente.

No hay nada de malo en saber cómo se vende un producto, un servicio o a uno mismo, sin embargo, yo alguna vez usé este método por las razones equivocadas y me perdí en el camino.

Afortunadamente regresé a mis raíces y hoy entiendo que la mejor manera de ser exitoso en este negocio es ser ético. Entre más se es, mejor te va”, dice Belfort al iniciar una de sus famosas conferencias.

Afirma haber cambiado y ser otra persona que  trata, todos los días, de ser un mejor ser humano, actualmente reside en California.

La historia de vida de Belfort, se convirtió en una película cinematográfica protagonizada por Leonardo DiCaprio , Jonah Hill , y Margot Robbie , y dirigida por Martin Scorsese.

El rodaje comenzó en agosto de 2012, la película fue estrenada el 25 de diciembre de 2013,  La revista Time informa que muchas de las aventuras aparentemente inverosímiles que aparecen en la película son consistentes con lo que escribió en sus memorias y lo escrito sobre él en artículos publicados por Forbes.

Leonardo DiCaprio, protagonista de la pelicula ‘El lobo de Wall Street’, se reunió varias veces con Jordan Belfort para hablar sobre su vida y sus excesos.

El actor cuenta que Martin Scorsese, el director, quiso mantener una distancia con el ex-corredor de bolsa para poder tener su propio punto de vista sobre él; así que DiCaprio hizo las veces de “mensajero” entre ambos.

El objetivo con el filme era hacer un retrato muy aproximado de lo que se vivió en los 90 en Wall Street. “De manera muy consciente queríamos que esto fuera un análisis de las tentaciones y de la intoxicación que producen el mundo del dinero, de la indulgencia y del hedonismo”, afirmó DiCaprio a  Deadline Hollywood.

1 comentarios:

Unknown dijo...

me inpiro

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